jueves, 23 de febrero de 2012

Isla de Pascua

Por fin llegamos a uno de los destinos más deseados por nosotros, Isla de Pascua. No sin antes tener un pequeño contratiempo con el equipaje del Da, ya que su mochila “decidió” quedarse unas horas más en Santiago y tomar el siguiente vuelo, es decir, que en el vuelo en el íbamos nosotros había exceso de peso y decidieron dejar en tierra 2 contendedores con maletas. La cantidad de gente reclamando era muy grande, pero a nosotros no nos supuso muchos problemas porque cada uno llevamos algo de ropa del otro en previsión de un incidente de este tipo.

De todas formas reclamamos y nos dieron ropa para salir del apuro con el anagrama de LAN, un neceser bastante completo y dinero para poder comprar productos de primera necesidad (medicinas y protector solar) que por “casualidad” llevaba en el equipaje extraviado, así que con 40$ americanos más en el bolsillo, empezamos a descubrir esta increíble isla.

Para esta ocasión decidimos alojarnos las 4 noches en el Camping Minhinoa, ya que nos guiamos por las recomendaciones de Javi y Bibi (gracias!!!) en su vuelta al mundo del año pasado, y hay que decir que la elección fue un acierto total. El camping está situado frente al mar, desde donde puedes ver la puesta del sol, el ambiente es bastante tranquilo, está bien situado y el trato es correcto por parte de Marta (la dueña), en cuanto al precio es una de las opciones más económicas de la isla, si no la que más. Es recomendable 100%!!!










En el aeropuerto nos recibieron con un regalito...


El primer día lo destinamos a explorar los alrededores de lo que llaman “el ombligo del mundo”, la Isla de Pascua, el lugar más alejado de cualquier otro lugar poblado del planeta.
Queríamos alquilar un coche para los 2 últimos días, cosa complicadísima porque empezaba la gran fiesta de la isla, la Tapati Rapa Nui. Así que visitamos todas las tiendas de alquiler de Hanga Roa, el pueblo principal, y también chafardeamos todo tipo de artesanías y souvenirs.


En cuanto a las compras recomendamos ir al almacén Jimena Bermedo Salas (Bodega GV), situado en la calle Atamu Tekena, justo en frente del aeropuerto. Es una distribuidora de materiales de construcción que cada semana recibe 2 pedidos de víveres. Los precios son mucho más baratos que en cualquier otro sitio de la isla, por ejemplo, el agua cuesta en el continente unos 700 pesos (1€ aprox.), en la isla suele venderse entre 1.400 y 1.700 (2’20-2’67€ aprox.) y en estos almacenes la vendían a 990 pesos (1’55€ aprox.). Por lo que si vas recortando un poquito de cada artículo… ahorras mucho!!!

Bodega GV
La isla se formó por la conjunción de 3 volcanes (Poike, Ranu Kao y Terevaka), por lo que el rastro de lava es omnipresente.












A pie pudimos recorrer parte de la zona sudoeste de la isla donde contemplamos uno de los mejores paisajes antes vistos, una serie de moais bien conservados, y de petroglifos (arte rupestre)  enmarcados en un paisaje alucinante con el mar de fondo.










Petroglifo









Explicar que los moais son figuras de piedra que representan la encarnación del espíritu de los ancestros. Visitamos desde Tahai hasta Hanga kio’e, pasando por el cementerio.




Fue un paseo de 3 horas desde el Camping a un ritmo no muy alto ya que cada 2 por 3 te tienes que parar para ver bien lo que te envuelve.

Aquí nos acordamos mucho de Albert y Montse de Mas Aixolà, donde cada año por estas fechas vamos para hacer la típica calçotada... este año nos quedamos sin ella!!!!! Este paraje esta lleno de caballos y es espectacular el contraste de verlos en "libertad" junto al mar y con tanto color intenso alrededor de ellos, como el azul del mar, el verde de la hierba. En algunas zonas tienen espacios acotados con pasos australianos, que son una especie de estructura con tubos para que ellos no puedan pisar encima. La isla está llena de caballos, se cruzan por la carretera y tienes que ir con cuidado de no ir muy deprisa para no dañarlos.











Al lado de Tahai se encuentra el Museo P. Sebastián Englert, donde te explican teorías de como los antepasados, sin tecnología alguna, eran capaces de trabajar la piedra de esa manera, y de transportar a los moais a su ahu (plataforma donde van colocados), que pesan toneladas. También hay expuestos materiales que utilizaban para pescar, para la agricultura, artesanía, etc. Allí nos quedamos con ganas de ver las máscaras que había hecho Beatriz (amiga de Carola), pero que no las pudimos ver porque estaban expuestas en un espacio que ese día cerraba…

Escritura Rongorongo











Continuamos con la búsqueda del coche de alquiler, en los pocos sitios que quedaban los alquilaban por 40.000 pesos (63’3€ aprox.) al día, precio caro, pero pudimos encontrar uno que nos lo dejaban por la mitad, qué extraño???  No tenía dirección asistida, entre otras cosas… pero mientras nos llevara a los sitios nos pareció bien…

Visitamos el Volcán Rano Kau, y el Orongo. Esta última es una aldea ceremonial ubicada en lo alto del volcán, está relacionado con la “competencia” del Tangata Manu (Hombre pájaro). Además es uno de los principales sitios arqueológicos de Rapa Nui con muchos petroglifos. Para comprender la magnitud de esta "competencia" recomendamos ver la película Rapa Nui.

Parte de la aldea ceremonial Orongo








El volcán Rano Kau nos sorprendió mucho, el cráter que se observa es perfecto, está lleno de agua y vegetación.

Panorámica del cráter del Rano Kau


La alegría del coche duró poco, al volver de visitar estos 2 sitios, intentamos arrancar el coche (al estilo Carlos Sainz con su “trata de arrancarlo, Carlos, trata de arrancarlo!!!”), pero no había manera, a ver que íbamos a hacer… por suerte vino un coche, le explicamos lo que nos pasaba y no dudaron en acompañarnos hasta la agencia de alquiler. Fue una suerte encontrar a esta familia, porque en el punto donde se había estropeado el coche era de chiste, o… ¿alguien conoce a alguna persona más que se le haya estropeado el coche en lo alto de un volcán?

Trata de arrancarlo Ro, trata de arrancarlo!!!
Al llegar a la agencia, ya casi nos estaban esperando, como pensando que nos había durado mucho el coche!!... No tenían ningún otro de repuesto, por lo que después de la devolución del dinero, volvimos a empezar de nuevo con la odisea de buscar otro. Por suerte entramos en una agencia que ya habíamos preguntado unas tres veces, y justo tenían uno de un cliente que no había viajado porque se había quedado en tierra por overbooking (me suena), menos mal!!! El problema… a 40.000 pesos!!! Bueno no nos podíamos quejar al menos teníamos coche de alquiler y nuevo (Solo tenía 620 Km.)!!!










De estreno nos fuimos  a visitar Vinapú, donde nos quedamos parados al ver el corte de las piedras que componían el ahu. ¿No os resulta familiar?

Vinapú
Vinapú










Machu Picchu
Es el mismo corte y el mismo pulido que los restos arqueológicos de Perú, preguntamos sobre ello a gente local, y nadie nos supo dar una explicación, ya que este fue el único ahu que nosotros vimos con este corte tan característico de las construcciones Incas. Hubo gente que nos emplazó a conocer algunos estudios interesantes con teorías sobre el origen de los Polinesios y sobre las conexiones de estos con Perú, México y Egipto, y la corriente migratoria que sufrieron desde China... pero con tantos datos nos perdimos.

Vinapú
Al día siguiente nos preparamos los sándwich (ya que los precios son prohibitivos), y comenzamos la ruta, esta vez por toda la costa este de la isla. A lo largo de la carretera te encuentras con un sinfín de restos de lo que habían sido moais. Solo quedan los ahu (plataformas sepulcrales), y restos de moais derruidos por el suelo, esto es motivo de las guerras internas que tuvieron, que destrozaron todo. Algunos de ellos están restaurados pero la gran mayoría no. Nos dieron el dato de que había en la isla más de 900 moais, quedando menos del 10% en pie.








Ahu Akahanga




Moño o Topknot



















Por la misma carretera llegamos al Volcán Rano Raraku, donde pudimos ver la competición de  Triatlón para adultos de la Tapati Rapa Nui, que más adelante lo explicaremos. También tiene una laguna en el interior del cráter y vegetación, principalmente Totora, igual a la que se encuentra en el Lago Titicaca y que ya vimos lo muchos usos que le daban los Uros.
Este Volcán es muy importante ya que en él se encuentra la cantera donde se realizaba el tallado de los moais, conocida también por la "guarderia".

Moai gigante aún en la piedra

















Vistas de Tongariki
















Moais a medio tallar

Más arriba está Tongariki, es la plataforma funeraria más grande construida, tiene 15 moais. Se recomienda ir al amanecer, nosotros no lo hicimos  ya que íbamos muy cansados, aparte de cada día estar visitando todas las cosas, por la noche nos íbamos al escenario principal, ya que habían actuaciones por la Tapati por lo que nos acostábamos muy tarde.

Tongariki con el volcán Ranu Raraku de fondo




De fondo el volcán Rano Raraku
Continuamos por la carretera hasta llegar a Te Pito Kura. Fue el moai más alto levantado, mide casi 10m y pesa alrededor de 80 toneladas.

Te Pito Kura

Aquí también se encuentra la piedra que simboliza “el ombligo del universo”. Es el centro magnético de la tierra, como nos lo habían recomendado llevamos una brújula, y efectivamente se vuelve loca, empieza a moverse y no encuentra el norte magnético, alucinante!!

Ro tocando "el ombligo del universo"

Para terminar el día de ajetreo nos fuimos a la Playa de Anakena. Es de arena blanca y agua color turquesa. En ella también se encuentran moais.

Playa de Anakena









Decir de esta playa que es de las mejores en las que hemos estado, no tiene nada que ver con todo el paisaje volcánico de la isla. Estuvimos en remojo un buen rato. Allí conocimos a Jose, natural de Burgos, él trabaja una temporada y luego intenta hacer viajes de 3-4 meses, ha estado en un montón de sitios de Sudamérica y Asia, fue muy agradable conversar con él y que nos diera consejos sobre Camboya. Por cierto, a Jose lo conocimos gracias a Belisario, él estuvo omnipresente desde el día del overbooking en Santiago, hasta que tomamos el avión para nuestro siguiente destino, fue uno de esos casos de que te encuentras a alguien constantemente en todos los sitios a los que vas, al final ya había bromas sobre quien había llegado antes a cada lugar. Él también fue uno de los “afectados-afortunados” del overbooking y acabamos haciéndonos fotos con los dos en la playa de Anakena.
Belisario, Jose, Ro y Da
Al día siguiente vuelta a empezar, otra vez a preparar el pic-nic. A primera hora fuimos al mercado artesanal a hacer un poco de compras, donde aprovechamos para cambiar las tarjetas telefónicas que nos habían dado los de LAN por el tema del overbooking, por souvenirs (bien!!!). Luego cogimos rumbo al oeste. Paramos en Ana Kakenga (cueva de las 2 ventanas), allí linterna en mano entramos en la cueva donde después de darnos varios golpes en la cabeza con las paredes y el techo, llegamos a las 2 ventanas que dan a parar a un acantilado, se supone que desde allí tenían el control de quien llegaba a la isla sin ser vistos.



También visitamos Ana Te Pahu (cueva de los plátanos), sitio no apto para los claustrofóbicos, ya que te internas por ella por un tiempo de unos 15-20 minutos con la única iluminación de tu linterna. Merece la pena hacerlo, ya que la sensación de humedad y los ecos del agua al golpear el suelo no tienen desperdicio. La salida de la cueva como podréis ver en la foto, tampoco tiene desperdicio.



Da saliendo de la cueva








Ro saliendo




















La siguiente parada fue Akivi, conjunto de 7 moais que son los únicos que están mirando de cara al mar y al sol de poniente.

Akivi

También visitamos el volcán Puna Pau, su cráter sirvió de cantera para extraer el material que ellos conocen como escoria y con el que elaboraraban los Pukao, adorno que llevan en la cabeza los moais.




De ahí nos fuimos a devolver el coche de alquiler, y a preparar todo lo necesario para nuestro siguiente destino!!!

Tenemos que explicar que la mayor parte de la Isla de Pascua es un Parque Nacional. Hay que comprar una entrada para visitarlo. Para chilenos es de 10.000 pesos (16€ aprox.), y para extranjeros 30.000 pesos (48€ aprox.), un abuso!!. Es necesario para visitar los 2 volcanes más conocidos e importantes el Orongo y el Rano Raraku, a parte de 20 sectores más. La entrada tiene vigencia para 5 días, solo puedes visitar una sola vez los 2 volcanes, y los otros sitios las veces que quieras. Puedes comprar el ticket a la llegada en el aeropuerto, o en cualquiera de los dos volcanes. La verdad que en los únicos sitios que te la piden son en éstos dos últimos, en los 20 restantes no hay ningún vigilante, pero es necesario visitarlos.

Nosotros nos fuimos al Orongo sin tener entrada, la verdad es que no sabíamos muy bien cómo funcionaba y donde se compraba. A la llegada había un grupo bastante grande de un crucero que había llegado, así que estuvimos viendo la información del sitio que te pone en la entrada, y luego pasamos con el grupo sin levantar sospechas. Lo bueno es que lo hicimos “inconscientemente” simplemente dio la casualidad de que cuando entramos había personas del grupo, genial!!. Pero aún nos quedaba otra prueba, el Rano Raraku. A este fuimos para ver la competición de triatlón de la Tapati por lo que la entrada al interior del volcán era gratuita, perfecto!!, pero donde esta vez sí había vigilancia era para ver la cantera de los moais, la ladera de piedra de donde eran tallados, aún quedan muchos sin desprender de las grandes piedras, pero perfectamente ya construidos, muestra evidente de que dejaron de trabajar en ellos de un día para otro, ya que se ve todo a medias. Esta era una visita obligatoria, lo malo que era ya lo último que nos quedaba y no queríamos pagar los 96 euros por los 2. Así que después de que el Da tuviera una pequeña conversación con la vigilante, pudimos acceder por el precio de nacional!! La verdad es que valió la pena, es impresionante ver el lugar!!

Tuvimos la gran suerte de vivir la Tapati Rapa Nui, es la gran fiesta de la isla. Hay dos candidatas a reina que compiten entre ellas para llevarse el título, son apoyadas por sus familias y amigos que con su participación en competencias de diferentes artes ancestrales dan puntos a las candidatas, además de los que obtienen por ellas mismas. Este año competían Lili (23 años) y Céline (16 años), siendo la primera la que al final sería nombrada reina de la Tapati Rapa Nui.

Hay competencias en bailes, en cantos, en pesca con lanza, en deslizarse en troncos de plátanos por una ladera, tallado en piedra, etc.

Nosotros asistimos al triatlón (Tau’a), alternan tres modalidades de carrera, primero remaron en bote de totora, luego cargaron racimos de plátanos de 35 kilos y corrieron con ellos alrededor del cráter del volcán, y luego nadaron sobre flotadores de totora, eran verdaderos atletas, hacer semejante prueba al mediodía, y con tanta calor!!! A la Ro le daban vueltas los ojos, ya no sabía para donde mirar…

Pesando los recimos de plátanos
Vaka Ama (remo en bote)
Aka Venga
Aka Venga

















Ganador de la competencia Tau'u
Por las noches asistíamos al escenario principal donde se hacían las competencias de canto, de baile, y donde las candidatas desfilaron en traje de baño, y en traje de gala.
Las dos candidatas (Lili de verde, Céline de blanco)
Nos impresionaron los bailes que hacían, son de mucha energía, sobre todo cuando bailan los chicos, no tienen nada que envidiar a la samba! (sin desprestigiarla, ehh Marquinhos!!!). Vimos una actuación del equipo de Céline que fue espectacular, con 300 personas bailando sobre el escenario!!!! Tuvieron que ampliar el escenario para esta actuación, fue tremendo. 




















La única queja que tenemos sobre la organización, es que los tiempos de espera entre actuación y actuación eran eternos, demorándose en algunos casos en más de 40 minutos!!!! Si a esto le sumamos que las actuaciones que valen la pena empiezan sobre las 00:00…  imaginaos a que hora termina todo.

Vimos un trozo de un partido de fútbol en un campo que no cumplía las normas de la UEFA, bueno... yo creo que no cumplía ni las normas del patio de mi colegio... La altura de la hierba, no confundir con césped, era brutal en algunas areas del campo, llegando a "enterrar" los tobillos. El colegiado iba equipado con tejanos, sin calzado y con móvil... y sólo se desplazaba por el sitio donde no había vegetación... debe ser complicado jugar de visitante en ese campo, a nosotros se nos quedó cara de moai...
                                                                                                                             
La verdad que no nos ha defraudado nada la Isla de Pascua, es un sitio mágico con mucho encanto  y muy diferente a todo lo que hemos visto hasta ahora. Si tenéis la oportunidad de ir no la dejéis pasar. Nosotros desde luego nos ha quedado la cosa de ver más días el festival, ya que dura cerca de 15 días. Es un lugar único y que sin duda merece la pena volver. Ahora ya nos queda despedirnos del continente americano y prepararnos para la Polinesia Francesa!!!!!