Karen Village |
Chiang Mai tiene un encanto muy diferente al de Bangkok, a nosotros nos ha gustado más.
La ciudad es pequeña, y puedes recorrerla tranquilamente a pie.
Niña tailandesa |
"Tienda" de bebidas |
La parte
antigua está rodeada de una canal y de murallas. Como puntos de interés,
destacaríamos Wat Phra That, Wat Chedi Luang, Wat Pan Tao, Wat Para Sing,
Wat Dob Pai, Wat Chiang Man y el Nigth
Bazaar. Como os habréis dado cuenta, la palabra Wat se repite constantemente y significa templo en tailandés.
El Wat Phra That está situado en lo alto de la montaña Doi Suthep, y para llegar hasta él
tienes que tomar un “red car” (coche
rojo), son fáciles de encontrar y están alrededor de la ciudad amurallada. El
trayecto de 15 kms. dura alrededor de 40 minutos, y los últimos 15-20 son algo
“durillos”, ya que tomas mucha altura
en poco tiempo y tu cuerpo lo nota…
Cuando bajas del “red car” se te echan encima los
vendedores de souvenirs, ofreciéndote
sus productos, una vez los esquivas, empiezas a subir el primer tramo y pasas
por delante de más tiendas… Después, te encuentras ante una escalera
inacabable, ante ti hay 309 escalones hasta la entrada del templo. Allí nos
volvimos a encontrar con que cobran entrada sólo a los extranjeros… y que luego
nadie comprueba si has pagado o no, así que… volvimos a adoptar la "nacionalidad
tailandesa" por enésima vez...
Desde este templo tienes unas
vistas muy buenas de la ciudad, (siempre que el día este despejado…no fue nuestro caso...). Es uno de
los sitios más importante de peregrinación de todo el norte de Tailandia.
Nos gustó mucho, es un lugar
enriquecedor y tranquilo. Puedes estar un buen rato descubriendo los cientos de
pequeños detalles que hay en su interior.
Aquí descubrimos que la cultura
del reciclaje también ha llegado a Tailandia,
vimos como los vendedores de ofrendas tipo flores y velas, esperaban a que los
fieles la depositaran después de haberlas comprado, hicieran su plegarias y se
fueran, para volver a apagar las velas y recoger las flores… evidentemente para
ponerlas otra vez a la venta, nos pareció un buen negocio donde hace falta poca
inversión para alcanzar altos beneficios, interesante…
El templo Wat Chedi Luang está en ruinas por un terremoto desde hace 5 siglos. En su época debería de tener un aspecto imponente, nos gustaron las figuras de los elefantes.
Wat Chedi Luang |
También destacaríamos el Wat Phra Singh, donde esta la figura de uno de los Budas más viejos del mundo, y el Wat Chiang Man, que es uno de los templos más antiguos de esta región, situado muy cerca de nuestro alojamiento.
Wat Phra Singh |
Wat Chiang Man |
Los otros templos son del estilo de lo que habíamos visto por Bangkok.
Wat Pan Tao |
Cesto de donaciones |
Exterior del Wat Pan Tao |
Wat Dob Pa |
Alquiler de pañuelos para mujeres en los templos |
El Night Bazaar está situado a unos 15 minutos andando fuera de las
murallas. Es muy grande, ocupa varias calles y tienen todo tipo de productos a
la venta, desde ropa, hasta relojes de imitación, comida, artesanías…
Resultado final |
Artesanía con jabón |
Nos quedamos embobados en la zona
de los pintores, donde hacían retratos super realistas, nos hubiera gustado
poder comprar alguno, pero con un mes de viaje por delante, hubiese sido algo
peligroso, seguro que se habría deteriorado en el transporte.
En Chiang Mai nos alojamos en el Chiang Maan Residence, está muy bien ubicado, y lo lleva un señor mayor con su
familia. El trato es excepcional y las habitaciones están decoradas al estilo
tailandés.
Entrada al Chiang Maan Residence |
Habitación |
Desde Chiang Mai hicimos una excursión a Chiang Rai, empezamos visitando las Hot
Springs. Están a una hora de camino, y son una “miniatura” de otras zonas termales que ya habíamos visto, del
estilo de Rotorua en Nueva Zelanda o Beppu en Japón. En
realidad la parada sirvió para desayunar e ir al baño, ya que había poca cosa
de interés.
Hot Springs |
Hot Springs |
La siguiente parada fue el White Temple (Wat Rong Khun), nos pareció un lugar fuera de lo normal y atrevido.
Todavía no está terminado, su construcción comenzó en 1998 y según su creador (Chalermchai Kositpipat), se terminará
60 o 90 años después de su muerte, ya que los fondos que se utilizan para
edificar provienen de donaciones, un poco al estilo de la Sagrada Familia de Antoni Gaudí en Barcelona.
Faltan varios edificios por construir, pero el templo central si que está
terminado por fuera, realmente es espectacular, llama mucho la atención. En
cuanto al interior del templo, todavía resulta más “extraño”, en las paredes
aparecen motivos religiosos intercalados con dibujos de Superman, Michael Jackson,
Avatar, las Torres Gemelas de New York, Bin Laden, George Bush… Lástima que no dejasen hacer fotos para poderlo mostrar, nos pareció más un "graffiti realista", que las típicas pinturas que encontramos dentro de los templos, no tiene desperdicio y te da otro punto de vista.
White Temple |
Otro edificio que está terminado
es el del baño, es dorado y realmente no sabemos muy bien como describirlo…
mejor mirarlo en fotografías para hacerse a la idea.
Baños |
Nuestra siguiente parada fue el
punto tri-frontera de Tailandia-Laos-Myanmar (Birmania), desde aquí se podía tomar un barco y pisar Laos, sin necesidad de presentar el
pasaporte, era un acuerdo para que los turistas pudieran comprar souvenirs y hacer gasto. En nuestro caso decidimos no
hacerlo, ya que se tenía que pagar a parte y en la zona donde estábamos habían
templos y buenas vistas de la zona, así que nos fuimos a explorar por
nuestra cuenta, pero con el recuerdo de lo que nos había pasado en la excursión
del River Kwai, donde “se olvidaron” de nosotros para luego
poder vender nuestros vales de comida, tremendo!!!.
Templo de Laos |
En las 2 horas que tuvimos
libres, recorrimos un templo que había cerca del embarcadero, bueno, más que un
templo parecía un “parque temático”
de donaciones, ya que en cada rincón del recinto podías dar “tu voluntad”, las monedas iban a parar a la panza de un
enorme Buda gordo y sonriente, y
para más historia, cuando caía el dinero ahí, el Buda
decía una frase seguida de unas carcajadas… lo dicho un parque temático.
Buda "pancha-contenta" donde caían las donaciones |
Justo al lado había otro templo,
en lo alto de una pequeña colina, como vimos que íbamos bien de tiempo, subimos
a visitarlo, desde ahí había buenas vistas de las tres fronteras.
Punto tri-frontera |
Mujer pescando |
Esta vez se acordaron de nosotros
y nos fuimos a comer con todo el grupo, ahí pudimos intimar un poco más con el
grupo de la excursión. Estuvimos hablando con varios franceses (es tremendo, todos los que nos hemos encontrado entienden perfectamente el catalán, genial!!!), y nos dijeron
que no había valido la pena ir a la orilla de Laos, ya que fue una visita “express”
donde no hicieron otra cosa que ir de una tienda a otra atosigados por los
vendedores y pagando precios “especiales”
para turistas.
El siguiente punto donde nos
detuvimos después de comer, fue el pueblo de Maesai. Este sitio es conocido porque es una de las fronteras con Myanmar y porque los precios de los artículos
que hay en las tiendas son más bajos que en el resto del país. Es complicado
preguntar por algo y no comprarlo, porque aunque el precio que te den de
entrada no te interese, ellos mismos lo van bajando y bajando a medida que
muestras desinterés, hasta que te lo ponen en bandeja.
Una vez realizamos nuestras
últimas compras en Tailandia,
continuamos ruta, esta vez íbamos a visitar la aldea Karen Village, famosa porque viven las “mujeres jirafa” huídas de Myanmar.
Bien, llegados aquí tenemos que explicar un poco de historia… Este grupo étnico es natural del país vecino, lo que hasta hace poco conocíamos por Birmania y que ahora se llama Myanmar. Allí fueron perseguidos y prácticamente aniquilados por motivos políticos, quedándoles como única solución de subsistencia huir de su propio país. En un principio fueron rechazados en Tailandia, pero cuando vieron el filón turístico que se les podía venir encima… la cosa cambió. Nosotros fuimos a visitar este poblado algo ajenos a la problemática actual que viven, es decir, con poca información, aunque algo nos había adelantado un par de años atrás nuestra amiga Vane Vaquero (sonríe, sonríe!!!)…
Lo que descubrimos en este poblado no nos gustó nada, sobre todo después de hablar con las chicas. Son un pueblo esclavizado, donde los hombres no trabajan, si no que viven como proxenetas, ya que mientras sus mujeres son expuestas a los turistas ellos viven de las comisiones que les dan los tours. Es así de duro, pero así de real. Estos collares que pueden llegar a pesar hasta 7 kilos, los tienen que llevar día y noche, antaño sólo lo llevaban a partir de los 6 años las niñas nacidas en luna llena, siendo un privilegio para ellas y su familia, también era motivo de reconocimiento y belleza. A medida que van creciendo, les van poniendo más aros, lo que hace que la clavícula se desplace hacia abajo, dando la sensación de cuello largo.
Frontera de Myanmar |
Bien, llegados aquí tenemos que explicar un poco de historia… Este grupo étnico es natural del país vecino, lo que hasta hace poco conocíamos por Birmania y que ahora se llama Myanmar. Allí fueron perseguidos y prácticamente aniquilados por motivos políticos, quedándoles como única solución de subsistencia huir de su propio país. En un principio fueron rechazados en Tailandia, pero cuando vieron el filón turístico que se les podía venir encima… la cosa cambió. Nosotros fuimos a visitar este poblado algo ajenos a la problemática actual que viven, es decir, con poca información, aunque algo nos había adelantado un par de años atrás nuestra amiga Vane Vaquero (sonríe, sonríe!!!)…
Lo que descubrimos en este poblado no nos gustó nada, sobre todo después de hablar con las chicas. Son un pueblo esclavizado, donde los hombres no trabajan, si no que viven como proxenetas, ya que mientras sus mujeres son expuestas a los turistas ellos viven de las comisiones que les dan los tours. Es así de duro, pero así de real. Estos collares que pueden llegar a pesar hasta 7 kilos, los tienen que llevar día y noche, antaño sólo lo llevaban a partir de los 6 años las niñas nacidas en luna llena, siendo un privilegio para ellas y su familia, también era motivo de reconocimiento y belleza. A medida que van creciendo, les van poniendo más aros, lo que hace que la clavícula se desplace hacia abajo, dando la sensación de cuello largo.
Fotos desde la ignorancia del turista |
Después de ver “cosas raras”, entablamos conversación
con una chica de 19 años, y prácticamente se nos confesó, pero sonriendo porque los mayores miraban... nos dio mucha pena,
pedía ayuda!!! Nos comentó que están obligadas a estar allí, a sonreír, a estar
siempre dispuestas a hacerse fotos con los turistas y posar, a no insistir a
los clientes en que compren y sobre todo a poner buena cara… Ella fue la que
nos explicó que ponen este tipo de collares a prácticamente todas las niñas
y nos llevó hasta la niña de 4 años para que viéramos que ya lo tenía puesto… nos dejó con muy
mal cuerpo, porque la máxima que utilizan es que más niñas con collares, igual a más dinero porque a los turistas (ignorantes de todo lo que hay detrás) les encanta fotografiarse con ellas. Al preguntarle el por qué se dejaban hacer todo esto, ella muy
solemne nos dijo que si no lo hacían serían expulsados (padres, hijos...) de Tailandia y devueltos a su país, donde allí no podrían sobrevivir…
¿Quién les habrá dicho eso? Desde nuestro punto de vista y siempre desde
nuestra experiencia vivida, las vemos como "esclavas turísticas", y nos avergüenza haber participado sin saberlo en este circo. Nos gustaría que de una forma u
otra se pudiera arreglar la situación de esta gente, ya que les deforman el
cuerpo de por vida metiéndoles el miedo de ser devueltas a su país.
El camino de vuelta hasta nuestro alojamiento fue duro, no parábamos de darle vueltas a la cabeza, y de sentirnos responsables indirectos del sufrimiento de esta gente, fueron 3 horas prácticamente en silencio, donde no dejábamos de pensar en las palabras de esta chica, en su mirada vidriosa y en las fotos que acabábamos de sacar.... horrible.
Foto desde la ignorancia del turista |
El camino de vuelta hasta nuestro alojamiento fue duro, no parábamos de darle vueltas a la cabeza, y de sentirnos responsables indirectos del sufrimiento de esta gente, fueron 3 horas prácticamente en silencio, donde no dejábamos de pensar en las palabras de esta chica, en su mirada vidriosa y en las fotos que acabábamos de sacar.... horrible.
Al día siguiente tomamos un vuelo
hasta Bangkok, de ahí realizamos
alguna compra de víveres antes de partir a Camboya.
Una cosa que nos sorprendió en los supermercados, fue el encontrar estanterías llenas
de productos especiales para donarlos, es decir, que podías comprar diferentes “cubos” de plástico con cepillos de
dientes, jabón, bebidas… y luego ir al templo que más te gusta y darlo. Nos
pareció curioso, había en ese apartado de todo,
desde túnicas de color naranja que llevan los monjes normalmente, hasta sandalias,
paraguas...
Nuestro siguiente destino serían los templos de Angkor Wat, ubicados en Siem Reap, Camboya. Para llegar hasta allí contratamos transporte en una de las muchas agencias de viajes que hay en Kahosan Road y alrededores. Hasta la frontera llegaríamos en minibus (14 pax.), luego nos tramitarían el visado para entrar en Camboya, y más tarde nos llevarían hasta Siem Reap en un taxi para 4 personas. Esta era la opción por carretera más rápida, había otra que era minibus hasta la frontera y luego autocar, la diferencia en el precio no llegaba a 3€ por persona, pero llegabas casi 2 horas más tarde en un bus colectivo sin aire acondicionado...
En cuanto al tema del visado para entrar en Camboya, queremos añadir que no hay un precio fijo en Tailandia para obtenerlo. Según nos dijeron en varias agencias de Bangkok, el precio varía según la corrupción del funcionario que te atienda, te pueden pedir la cantidad que quieran (dentro de unos límites...), nosotros ya habíamos salido de Bangkok con precio pactado, pero dentro de nuestro mismo grupo aplicaron precios diferentes a la entrada al país según el funcionario que les atendió, tremendo.
Nuestro siguiente destino serían los templos de Angkor Wat, ubicados en Siem Reap, Camboya. Para llegar hasta allí contratamos transporte en una de las muchas agencias de viajes que hay en Kahosan Road y alrededores. Hasta la frontera llegaríamos en minibus (14 pax.), luego nos tramitarían el visado para entrar en Camboya, y más tarde nos llevarían hasta Siem Reap en un taxi para 4 personas. Esta era la opción por carretera más rápida, había otra que era minibus hasta la frontera y luego autocar, la diferencia en el precio no llegaba a 3€ por persona, pero llegabas casi 2 horas más tarde en un bus colectivo sin aire acondicionado...
En cuanto al tema del visado para entrar en Camboya, queremos añadir que no hay un precio fijo en Tailandia para obtenerlo. Según nos dijeron en varias agencias de Bangkok, el precio varía según la corrupción del funcionario que te atienda, te pueden pedir la cantidad que quieran (dentro de unos límites...), nosotros ya habíamos salido de Bangkok con precio pactado, pero dentro de nuestro mismo grupo aplicaron precios diferentes a la entrada al país según el funcionario que les atendió, tremendo.