Nuestro siguiente destino es Valparaíso y se encuentra al noroeste
de Santiago, a menos de 2 horas en
bus. Su estructura como ciudad nos recuerda a Lisboa, por lo empinadas de las calles y la solución de los
ascensores para tomar altura en poco tiempo.
Destaca por los cerros junto al
mar plagados de casas, sus ascensores (aunque sólo funcionan 4 de 14), sus
casas pintadas de diferentes y llamativos colores, y por sus graffitis en las
calles. Sobre este punto comentar que el ayuntamiento subvenciona la mano de
obra y los andamios, es decir, cuando un particular quiere pintar su fachada o
pared con graffitis, lo único que tiene que comprar es la pintura, esto hace
que algunas zonas de Valparaíso sean
como un museo a cielo abierto.
Hay varios miradores desde donde
se pueden observar diferentes vistas de la ciudad, como por ejemplo el del Cerro Artillería, testigo silencioso de
la colorida vida portuaria, el de la Plaza
Bismark, el del paseo Atkinson
en el Cerro Concepción… De todos
estos el que más nos gustó fue el primero (Cerro
Artilleria), ya que a parte de las vistas, para acceder a él, tuvimos que
subirnos a uno de los famosos ascensores de la ciudad, este fue construído en
1893, y por 300 pesos te transporta al pasado en un tramo de 175m. Toda la
estructura de los ascensores es de madera, pudiendo ver el suelo entre los
huecos de sus láminas.
En este mismo cerro visitamos el Museo Naval, donde a través de objetos
y exposiciones, nos relatan la creación de la primera flota chilena que se
construyó para luchar por la independencia, ya que las tropas “invasoras-colonizadoras” venían por mar,
y por mucho que ganaran batallas en tierra, siempre venían más tropas, de ahí
la célebre frase de "Este triunfo y cien más se harán insignificantes si no
dominamos el mar",
pronunciada por General Bernardo
O’higgins después de la victoria de Chacabuco en 1817 contra tropas realistas. O'higgins es considerado como uno de los grandes libertadores de América.
En uno de nuestros paseos vimos
varios edificios medio derruidos y otros con aparatosas grietas, todo ello
producto del terremoto del 2010. Uno de los más deteriorados fue el Mercado, que desde entonces lo han
tenido que trasladar al otro extremo de la ciudad, abandonando el antiguo
edificio.
Esa noche fuímos a cenar a Poblenou, restaurante de tapas, copas,
etc. donde se ha buscado hacer fusión entre las tapas que descubrió Rodrigo, el propietario, en una de sus
estancias en Barcelona, con la
comida chilena. En uno de los platos (brocheta de pollo) probamos una
especie que nos gustó mucho, el merquén
ahumado.
Hablar de Valparaíso, es hablar también de Pablo Neruda. Esta era la ciudad predilecta del prolífico poeta,
diplomático y anticuario entre otras aficiones. Aquí mandó construir la que
sería su residencia, y en la que dio otra oportunidad a objetos olvidados por
otros, ya que Neruda “reciclaba”
puertas, columnas, vidrieras… provenientes de derrumbes o de tiendas de
antigüedades y las incorporaba a “La
Sebastiana”, nombre que dio a su
casa. Es un espacio con mucha luz, hay ventanales en todas direcciones de la
bahía, con una tremenda luminosidad, también tiene varios niveles, recibidor,
comedor, dormitorio y despacho. Nos sorprendió que toda su casa fuera un
mirador sobre la ciudad, como una pantalla de televisión gigante donde podía
ver e interpretar la vida de los demás.
A menos de 30 minutos en uno de
los muchos colectivos que pasan por la Avda.
Errázuriz, llegas a Viña del Mar,
conocida por el famoso festival de música y por el sobrenombre de “ciudad jardín” por los muchos parques y
jardines que tiene. El aspecto de la ciudad es muy cuidado y limpio, y a
diferencia de Valparaíso, es
totalmente plano.
Empezamos el recorrido por el Reloj de Flores, continuamos subiendo
al mirador que hay encima, y luego volvimos a descender para proseguir por
toda la Avda Marina. La siguiente parada
fue el Castillo Wülf.
De ahí iniciamos un paseo por
todo el frente marítimo viendo sus playas, los grandes edificios casi a primera
línea de mar estilo Benidorm
(versión norteamericana, lujo), y los diversos carteles marcando las vías de
evacuación en caso de tsunami. Luego seguimos paseando por las calles de detrás
hasta que dimos con el centro comercial Marina Arauco, conocidos aquí como Mall. En él, a parte de todas las
típicas tiendas que encuentras en cualquier centro comercial, vimos algo más que para
nosotros nos choca bastante, es ver los adornos de navidad estando a una
temperatura de 24ºC, no estamos acostumbrados
a ver esto con tanto calor... pero... es que estábamos a finales de noviembre!!!
Acabamos nuestro recorrido
visitando el Museo Fonck, en el que nada
más llegar te encuentras con un Moai,
aunque es un Moai fuera de lo común
ya que está orientado hacia el mar, cuando lo normal es que estén de espaldas,
como nos dijo Paola, la dueña del Casa Fischer Hostal (muy recomendable para
alojarse por su ubicación y trato). En
el interior del museo se puede ver una floja
exposición con objetos y explicaciones de la Isla de Pascua y la cultura Rapa
Nui, un apartado de ciencias naturales con algunas curiosidades de la
naturaleza, una pequeña colección de objetos procedentes de otras culturas.
La verdad es que salvo un par de cosas muy puntuales, no nos pareció
interesante este museo, se salvó la exposición
temporal que tenían de los Jíbaros.
Tribu que se dio a conocer por la técnica de reducción de cabezas de sus
enemigos derrotados, que consistía en arrancar la piel del cráneo, luego la
hervían para reducirla de tamaño y que el pelo no se desprendiera, y más tarde
la rellenaban con hierbas y piedras, y por último la cosían, volviendo a recuperar su forma
pero en un tamaño algo más grande que una pelota de tenis. Esto lo mostraban
como trofeo y de advertencia a sus potenciales enemigos de lo que les podía pasar si se
enfrentaban a ellos.
Cabeza reducida |
Cabezas reducidas |
Tequila-margarita |
Esa misma tarde partimos a Temuco, llegando a las 07:30. Allí nos
esperaría una de las mayores sorpresas que hemos tenido hasta la fecha en este
viaje. Gracias a la intervención de un amigo chileno de Barcelona, conocimos a Verónica,
Roberto, Marco y Camilo. Con
ellos pudimos disfrutar de un fin de semana inolvidable. Por fin
probamos el pisco sour (buenísima la
receta de Vero), el tequila-margarita especial de Roberto, el pulmai (hecho en el disco
con almejas, mejillones, tocino,
chuletas, papas.. uhmmmmm), la merluza rebozada y aderezada con merquén…
La primera noche cenamos a base de tacos con
dos invitados más, Vilma y Daniel, dos amigos de nuestros
anfitriones que junto a ellos pasamos una velada (y gran parte de la madrugada…)
divertidísima, amena y única.
Al día siguiente fuimos al mercado a comprar los ingredientes para
el pulmai y nos obsequiaron con un aji (guindilla verde) bastante popular
por aquí. La tomé cortada y algo untada en sal, picaba pero tampoco mucho, aunque supongo que después de lo que hemos
comido por Perú y Bolivia se nos habrá acostumbrado algo
el paladar al picante.
Pulmai |
Pulmai |
Con Vero y Roberto visitamos
el Museo Regional de la Araucanía,
muy interesante para descubrir algo de la historia del pueblo Mapuche, y más todavía cuando atiendes
a las explicaciones de un antropólogo que nos hacía de guía…
Más tarde fuimos al Cerro Ñielol, parte más elevada de la
ciudad, donde nos enseñaron una nueva especie de árbol para nosotros, la Araucaria, de la que los Mapuches se alimentaban de sus
semillas.
Cuando llegamos al último mirador, nos prepararon otra sorpresa más…
nos hicieron pasar a un restaurante con unas bonitas vistas, para supuestamente
descansar algo y poderlo ver por dentro, cuando nada más tomamos asiento... apareció
un camarero con 4 vasos de mote con
huesillo, que es una bebida refrescante con mote de trigo y durazno
(melocotón) deshidratado más un jugo dulce y fresquito…. uhmmmmmmmm.
Al día siguiente emprenderíamos
camino a Puerto Varas, ciudad muy
turística que se encuentra a orillas del Lago
Llanquihue, rodeado de volcanes.
Pero eso junto a Frutillar y varias
ciudades de la Isla de Chiloé lo
comentaremos en el siguiente post.
Para finalizar queremos dar las
gracias de nuevo a Verónica, Roberto,
Marco, Camilo, Vilma y Daniel
por dar tanto a unos desconocidos.
Esperamos veros por Barcelona, y si
es viendo jugar a Camilo en el Barça mejor!!! (sugerencia: podrías
subir a youtube videos con los malabares que haces con el balón, te deseamos
suerte en los 2 torneos que jugaras pronto!!)
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Cultura Valparaiso